FUENTES PRIMIGENIAS DEL TERROR

Foto de Joanna Kosinska en Unsplash para artículo The Witch of Endor

Primera Parte; The Witch Of Endor;

Al hablar de la literatura de terror, generalmente pensamos en autores como Lovecraft, Horace Walpole con su obra “El Castillo de Otranto” del género del terror. Lo gótico y terrorífico no nace con estos autores, aun cuando, forma parte esencial de la literatura fantástica y de horror. El terror y lo sobrenatural, tiene orígenes que provienen del folclore y de aquellos miedos propios de cada época y cultura, muchas creaciones de seres mitológicos o más contemporáneos, nacen de los terrores a los que nuestros ancestros se enfrentaron. Tuvieron que sobrellevar la oscuridad, las muertes prematuras, enfermedades inexplicables, fenómenos atmosféricos, y todo tipo de patologías psicológicas severas.

Basta recordar, aquella tradición popular y no tan antigua de Latinoamérica, que habla del “Coco” el que se lleva a los niños desobedientes o que no se comían todo su alimento. Por supuesto están aquellos temores infundidos por un aspecto religioso, donde el cristianismo representó al bien y al mal, este último con temibles demonios y castigos. Todo esto pretendía corregir u orientar un comportamiento debido de cada niño o adulto. Tema que abordaremos en profundidad sobre otra gran fuente de terror, en la segunda parte de este artículo.

            El origen primigenio del género de terror, son fuentes anteriores a las grandes publicaciones y autores, siendo una de ellas, “La Arqueología bíblica”, tal como escuchan, una de las fuentes relevantes del género, de donde muchos autores han obtenido su inspiración. Dicho lo anterior y a pesar que este punto podría generar ciertos resquemores, proseguiremos con esta interesante relación del terror y el texto sagrado. Este artículo no representa pretensiones religiosas o paganas, simplemente, se pretende señalar aquellos hechos o acontecimiento que pudieron ocurrir en el Antiguo Testamento y que tienen un carácter sobrenatural y terrorífico. Científicos lo han utilizado para investigación de hechos de carácter histórico o arqueológico que se escribieron en el pasado, tratando de contrastar aquello con evidencia empírica.

No es desconocido que en génesis, ya se mencionan citas y referencias importantes sobre brujería y satanismo. Uno de los relatos más destacados, lo encontramos en Samuel 28:3-25 Y consultó Saúl a Jehová; pero Jehová no le respondió ni por sueños, ni por Urim, ni por profetas.  Entonces Saúl dijo a sus criados: Buscadme una mujer que tenga espíritu de adivinación, para que yo vaya a ella y por medio de ella pregunte. Y sus criados le respondieron: He aquí hay una mujer en Endor que tiene espíritu de adivinación…”

            En este versículo del antiguo testamento, se relata la odisea que vive un afligido y turbado rey Saúl, rey de Israel. Cuando el Rey Israelita vio el campamento de los Filisteos sintió gran temor, pues sabía que su ataque era inminente. Ya anteriormente y en conformidad al Deuteronomio, el monarca había arrojado de la tierra de Israel a brujos, adivinos y médiums. Por tanto, y poniendo en contexto la situación, la relación de Saúl y Jehová no estaba en su mejor momento, tanto así, que el mismo se queja que ni en sueños ni por profetas le responde, actualmente podríamos hablar de un ghosting divino.

La hechicera de Endor, vivía  hacia el norte de la colina de Moré, y era un lugar accesible a pesar del asedio de los Filisteos. Sin duda que el actuar del Rey Saúl, al convocar a su reino a semejante hechicera le traería graves consecuencias.

Jehová, el Dios de Israel, le había hablado claramente de cuál era su posición frente a los hechiceros, lo encontramos en Levítico 20:6 “La persona que atendiere a encantadores o adivinos, para prostituirse tras de ellos, yo pondré mi rostro contra tal persona, y la cortaré de entre su pueblo.”

            Básicamente, Saúl pidió a la bruja de Endor que lo comunicara con el fallecido y gran profeta Samuel, a quien el rey respetaba. Samuel, fue un gran profeta que vivió antes de Cristo, y nació aproximadamente en el año 1100 a.c en Ramá. Este profeta dada su autoridad y prestigio en su pueblo, realizó actuaciones legislativas, actuó como Juez para el pueblo de Israel. Si este profeta habló por medio de la bruja de Endor con Saúl, será siempre un tema para debate y sometido a diferentes interpretaciones, para algunos se trataría de entidades demoniacas y no del mismísimo Samuel, para otros más escépticos simplemente jamás ocurrieron tales acontecimientos. La armonía del relato vinculada a hechos históricos, permiten reflexionar sobre lo que pudo haber o no ocurrido.

 “Y habló aquella mujer a Saúl, diciendo: ¿Por qué me has engañado? pues tú eres Saúl: La adivina también está sorprendida porque ahora ella sabía que había practicado su oficio delante del mismo rey que había expulsado a todos los adivinos y espiritistas de Israel.”

 La Bruja de Endor, es quien le descubre en su engaño y le recrimina el hecho, ya que el cómo monarca, se había encargado de desterrar a todos los hechiceros del reino y, luego la busca para que le contacte con Samuel el profeta, olvidando lo que ya se había establecido para todos en el reino la prohibición de consultar a brujos. Tenía sentido la molestia de la hechicera en aquel momento, esto nos habla de la personalidad del monarca, dejando ver lo errático de su actuar y el evidente abuso de su poder.

Por otro lado, vemos que en el antiguo Testamento, miles de años antes del nacimiento de Cristo, ya existían médium o nigromantes que se comunicaban con muertos, tal como ocurre en estos días. Luego de miles de años, las médiums, o brujas, siguen siendo consultadas, por quienes buscan una respuesta que no obtienen de Dios, de sí mismos, o de sus atribulados corazones.

Jamás sabremos, si realmente fue el profeta quien habló a Saúl, si podemos indicar que en los textos de la arqueología bíblica, la magia, brujería, nigromancia, son parte de la cultura del hombre desde antes de Cristo. Estos relatos sean sagrados o apócrifos, muestran el contacto del hombre con la oscuridad y la demonología. Aquellos seres que vuelven de la muerte y de quienes contactan y les utilizan mediante la nigromancia, brujería o hechicería. A modo de resumen, podemos concluir, que aquella prohibición de no contactar con brujas, pretendía alejar a todo un pueblo de una realidad terrorífica y maligna que no comprendían. El ego del hombre, necesita doblegar las influencias demoniacas, las que no son comprensibles para él. La brujería no es un tema del medioevo, la hechicera malvada y desterrada que utiliza pócimas para sus encantamientos, para conjurar a demonios y muertos, se puede encontrar en el antiguo Egipto, Babilonia y posteriormente, en la Ley Cornelia o lex Cornelia Roma, donde se prohibió que practicaran sus actos y sacrificios. En tiempos bíblicos, la hechicera fue condenada a muerte, y en la mitología griega la encontramos personificada en la gran Circe musa de grandes pintores. Sin duda, todas ellas deben su título de gran bruja  o hechicera, a quien fue desterrada por Saúl y posteriormente revocando dicho mandato, se le pidió invocar a los muertos, la gran Hechicera de Endor.

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