Con dos producciones discográficas «Raco» 2021 y “Afro Jazz ” 2018, la banda nacional Mousso, propone a partir del jazz, una exploración músico-cultural, en donde ensambla y rememora cantos, melodías y ritmos africanos, latinoamericanos, del folklore chileno, a través de una propuesta respetuosa, reflexiva y crítica de sus tradiciones y de la historia que las gesta desde lo más ancestral. A meses de su internalización, conversamos con Nata Quintana, una de sus integrantes, para conocer de cerca su experiencia artística y lenguaje musical.
Ustedes tienen un concepto musical, con bastante instrumentación étnica africana, marcado con el 12 octavos, el cual logran combinar con otras métricas, improvisando encima de armonías y canciones clásicas. Sobre esto mismo. ¿De dónde nacen estas ganas, esta fusión rítmica africana-latinoamericana?, ¿Fue algo circunstancial?
Más que circunstancial fue un proceso, ya que estábamos todes estudiando en la Escuela Superior de Jazz, tanto percusión africana, canto jazz, bajo jazz, etc. Donde fuimos conociéndonos y haciendo un trabajo colectivo, en un espacio protegido y seguro, idealmente que fuera una vez a la semana, desarrollando y explorando ritmos africanos, mezclando junto a armonías de jazz standard, en donde no tuviéramos que lidiar con una violencia machista musical que existía en ese entonces. Nos juntábamos y hablábamos de los gustos musicales, de comprender cuáles eran nuestros autores referentes a nivel del afro-mandingue, del jazz americano y también de los referentes más latinoamericanos para ir fusionando de a poquito, e ir haciendo algún tipo de arreglo pensando siempre en el Afro-Mandingue, luego con el tiempo empezamos a pensar que era importante incorporar fusiones mas latinoamericanas, sobre todo para darle coherencia con el espacio donde vivimos, buscamos referentes de cada uno y salió Violeta Parra, Victor Jara, desde el afro y desde el jazz Mongo Santamaría, la Nina Simone por nombrarte a algunos.
En su segundo álbum a diferencia del primero, el piano tiene un rol más protagónico e incorporan ciertos elementos de la batería, que le da quizás una sonoridad más cercana al jazz a diferencia del primero que quizás suena más experimental. ¿Podrían darnos un resumen de cómo fue el método de trabajo que hicieron en cuanto a la producción musical, entre su primer disco “Afro Jazz” y el segundo “Raco” ?
Llevábamos un par de años tocando un repertorio fijo y a principio del 2018, Christian Galvez nos tomó como productor y director musical y nos ofreció el sello Pez Records para poder hacer nuestro primer disco, porque él sabía lo que queríamos hacer, que en definitiva era poder ser pioneras como en el mundo de la fusión afro jazz, o incluso por la onda del world music. Sin embargo en ese momento no teníamos idea de eso, pero él nos orientó muy bien a como poder grabar un disco con esas características y con el repertorio que ya teníamos. Dentro de la producción hizo conexiones super relevantes en cuanto a invitados, como por ejemplo a Ernesto Holman, el profe que teníamos en ese entonces que aún lo es, Dartagnan Camara,Camélia Ben Naceur, Elizabeth Morris, por nombrarte a algun@s y ese trabajo fue super bien elaborado. En comparación al segundo disco una diferencia grande es que no hubo mucho tiempo de preparación, fue más una sorpresa que tuvimos y nos pusimos a trabajar full con el sello Direct Music. El sello nos propuso participar en un fondo el año 2020 y el 2021 salió aprobado,lo cual significaba qué teníamos la oportunidad de grabar un disco, entonces nos organizamos con el repertorio que cada une tenía, con composiciones que ya se tenían trabajadas y en honor al tiempo y profesionalismo buscamos nuevamente a Christian Galvez para poder trabajar con él y grabamos el disco en el estudio del sello Pez Records, bajo la dirección del sello Direct Music. A diferencia del disco anterior quisimos incorporar más repertorio latinoamericano y composiciones del equipo: hay composiciones de José Ares como “Viento Viento” y “Noctámbulo”, además de ser nuestro bajista y nuestro director musical, están también las composiciones de Luciana García que fue nuestra pianista por un tiempo y aportó con los temas “Mar Austral”, “Ritual de Flores” arreglos que hizo también en “Lo único que tengo”, hay una composición hermosa de Paulina Villalobos que es nuestra cantante, que se llama “Dakari” que está compuesta para su hijo, y los demás ya fueron temas que reunimos netamente porque los veníamos tocando ya con arreglos incorporados. En realidad cuando tú dices que en el segundo disco se nota más la presencia del piano y la batería, la verdad es que tiene mucho que ver con el proceso compositivo que se hizo en ese momento y ahí fue la primera vez que incorporamos batería como propiamente tal, y ahí me tocó hacer ese papel, creo que en cierto modo la batería se interpretó desde la vereda como percusionista, en donde si necesitaba alguna caja con plumilla lo hacía, o si se necesitaba un ride lo interpretaba pensando en llevar ritmos o claves latinas o africanas y se grababa, pero siempre pensado desde el lado de la percusión hacia la batería. Lo otro relevante es que fue un disco grabado en plena pandemia, en donde el proceso creativo se fue desarrollando desde la percusión, desde lo armónico y finalmente desde lo melódico y letrístico, de hecho nunca pudimos grabar todes juntes, todo se grabó por separado, muy en tiempo record y finalmente ese fue el resultado de este último disco. Igual de todas formas lo que pretendemos hacer ahora es justamente una revanchita de ese disco, de poder tocarlo con el ensamble actual que tenemos, en donde se incorpora Jatu Espinoza en Viola que aporta la vanguardia a nuestro ensamble, a Rodrigo Donoso en la batería y Kuki González en el piano, dado que Luciana se fue a estudiar al Berklee College of Music en Boston. En nuestro ensamble es muy importante la propuesta sonora y trabajamos con nuestro hermano Fernando Bosch, ingeniero en sonido y para nosotres un músico más en la banda. Así que queremos hacer algo interesante con este nuevo ensamble y lo estamos haciendo actualmente.
Mousso tiene una basta trayectoria en cuanto a conciertos en vivo. Desde que partieron el 2016 cuentan con más de cincuenta conciertos, a nivel nacional. Con todo este camino recorrido ¿Qué sensación o impresión les queda en cuánto a los resultados y a la respuesta del público, frente al estilo musical que desarrollan? teniendo en cuenta que tal vez son la única agrupación chilena, que se dedica a la mezcla de ritmos africanos versus mezcla latinoamericana.
Mousso en la medida que ha ido avanzando en sus propuestas sonoras, ha ido realizando conciertos para distintos tipos de escenario, no tan solo del mundo del jazz, o de estilos como el Afro-Mandingue, más bien ligado al mundo de los festivales de música más popular, nos hemos topado con públicos super transversales, de todas las edades, como adultos mayores, niñ@s y niñes, estos últimos son los que más se vacilan los conciertos, quedan asombrados cuando ven los tambores, se te acercan a preguntar, son los que están bailando al momento de los conciertos. En resumen, cuando empezamos tocando, fue netamente en el club de jazz o festivales de jazz, para un público super calladito y reservado, versus a pasar a tocar en alguna cancha deportiva de alguna comuna para las familias a las cuatro de la tarde, imagínate allí, eso es otra experiencia mucho más vacilada e incluso más enriquecedora, como te lo comentaba por ejemplo con la experiencia de tocar para niños. En verdad nosotros apuntamos un poco a eso, como que ojalá sea la mayor cantidad de público en lo posible del rango etario ampliado, que pueda disfrutar todo lo que tenga que ver con la musicalidad, con la puesta en escena, con los ritmos, con la danza, porque el afro-mandingue fusión jazz o fusión ritmos latinoamericanos da harto para eso, incluso en escenarios que hemos podido incorporar danza, lo hacemos, de hecho actualmente la Pauli que es nuestra cantante, también se prepara incorporando danza o por lo menos haciendo cierta performance que pueda aportar a que la gente entienda que, el ritmo, el tambor y la danza, van unidos. Todo eso hace que el público se interese de otra manera y que ya no estén solamente pendientes del solo de jazz que se está ejecutando en su momento, sino más bien que estén pendientes de lo performático.
Mousso a lo largo de su vida como banda, ha sentido todos los tipos de discriminación, todos los tipos de violencia y todos los tipos de machismos que pueden existir respecto a una banda que es liderada por mujeres y disidencias dentro del circuito jazzístico, netamente porque el circuito jazzístico chileno es muy machista, tiene mucha violencia simbólica, por parte de todos los géneros, hay harto estigma en términos de perjuicios, hay harto malestar, que tiene que ver con cuanto se puede lograr profesionalmente aquí en Chile siendo mujer o disidencia, sobre todo en un círculo tan pequeño y tan precario como es el mundo del jazz en Chile, por ende en ningún caso las violencias nos han jugado a favor, al contrario lo hemos pasado bien mal y hemos podido sortear en familia y con harto carácter para continuar en este rubro y poder mostrarles a todas las personas nuestro arte, porque no tiene que ver solamente con un circuito jazzístico, mas bien tiene que ver con mostrarle al mundo, lo que queremos hacer, sin pedirle permiso a nadie y segures del resultado que queremos mostrar. Ahora también esperamos que en algún momento, no sea necesario tener que hablar de cómo mujeres y como disidencias hemos logrado sostener, sortear y derribar, un montón de barreras violentas para poder realizar nuestras ocupaciones como músiques, pero sabemos que en este momento la sociedad está empezando un tránsito, como de cambio de paradigma, en términos de poder pensar un poco más sobre los derechos humanos, el feminismo, sobre lo intercultural y sobre el respeto al otro, por eso entendemos que estamos en un tránsito bien pesado y que nos tocó así y sabemos que también podemos hacer harta historia respecto a ese cambio, entonces nos damos el ánimo y lo hacemos.
Este año ustedes se internacionalizan con una gira que parte en Colombia, nos pueden adelantar sobre aquella producción y ¿Cómo lograron desarrollar esta producción para poder salir de Chile y mostrar su arte musical?
Luego de haber participado en octubre del año pasado, en el primer mercado iberoamericano de música de jazz, en Matucana 100 (M Jazz), en donde había gente de otros países y habían productores de todo Chile, es en ese contexto, es donde nos ve la persona encargada de hacer la curatoría para el Festival del Jazz al Parque que se realiza en Bogotá, le gustó muchísimo la banda, y se empezaron hacer las gestiones para poder viajar a Colombia al Festival de Jazz al Parque. Es algo que está super conversado, y desde ya estamos trabajando y organizándonos como banda para poder dar un super buen concierto y representar muy bien lo que queremos hacer, que es saber consolidar lo pionero que somos acá en Chile y hasta el momento creo que lo estamos logrando. Esa es la propuesta que queremos desarrollar, con una mirada muy intercultural, musical, que sea desde el género también y desde lo disidente, para poder también mostrarle a Chile y a Latinoamérica que las bandas de mujeres y disidencias en torno al world music se puede hacer absolutamente y que estamos capacitades, para dirigir, para hacer arreglos, para componer, para llevar un proyecto adelante de forma profesional, en un espacio protegido y seguro, libre de discriminación. Esta es nuestra propuesta que se ve, se escucha, que es la que actualmente se va a mostrar en Colombia.
Escucha el trabajo de Mousso