FUENTES PRIMIGENIAS DEL TERROR

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II Parte
(La Divina Comedia)

«En medio del camino de nuestra vida,
Errante me encontré por una selva oscura,
porque mi ruta había extraviado»

Una conocida fuente de la literatura y del género de horror, lo encontramos en “La
Divina Comedia” año 1304-1308 obra de Dante, cuyo trabajo fue publicado en un primer
volumen, texto que sirvió de base para la descripción del pecado o las virtudes. La obra,
se divide en Infierno, Purgatorio y Paraíso, con elementos teológicos propios del
pensamiento medieval. El trabajo de Dante, ha sido traducido en miles de ocasiones y
fuente de inspiración para Botticelli y Miguel Ángel entre otros. Para efectos de este
artículo, profundizaremos en el camino que tuvo el autor en aquel lugar de muerte y dolor,
justamente donde conoció a su guía, el escritor Virgilio.
El Infierno, representado por la oscuridad, la desesperación y los pecados del
hombre, indica que a mayor profundidad, mayor es la gravedad de los hechos cometidos.
Podríamos decir que las penas se van agravando conforme se desciende en cada círculo
del infierno. La obra de Dante, representa el encuentro que tuvo el escritor con el
demonio, el que habita en lo más profundo de la tierra, aquella representación de la selva
oscura y su encuentro con el escritor Virgilio, le permitirán seguir su camino hacia el
paraíso.

Sin embargo, el averno es un lugar poblado de la desdicha de las almas y será el
lugar donde el autor enfrentará sus temores. Los pecados que pagan las almas por sus
trasgresiones, son de carácter vitalicio y estarán vigiladas por Satanás, quien habita en lo
más profundo de los círculos, custodiando que ninguna alma pueda escapar.
Será en el Purgatorio, el lugar donde se gestará el encuentro entre Dante y su
amada Beatriz, quien falleció siendo muy joven, esto dejo una huella irreparable en el
autor. El Purgatorio, está representado por una montaña que a su vez está dividida en
terrazas, es acá donde se representan los siete pecados capitales del hombre, los que se
describen como; orgullo, codicia, lujuria, envidia, gula, ira y pereza. El Purgatorio, está
vinculado a la expiación de las culpas para lograr la salvación o liberación del pecado y el
Infierno.
Beatriz, es quien hará de guía en remplazo de Virgilio y de la mano de ella podrá
encontrar el camino al codiciado Paraíso. A su vez, el Paraíso, será el lugar donde se
encuentran las nueve esferas celestiales, que son la representación de las virtudes y es
acá donde habitan los santos y las personas justas. Estas nueve esferas celestiales
representan los nueve círculos del Infierno y las nueve terrazas del Purgatorio.
Como todo escritor, Dante tendrá los privilegios de situar a sus enemigos en los
lugares más profundos de los círculos infernales, acá pondrá a los pontífices de su época
y uno que otro noble. Aunque, me atrevo a señalar, que si el autor estuviera vivo en esta
época, crearía un par de círculos más y pondría en ellos a las autoridades eclesiásticas,
políticos y a uno que otro “influencer”. Respecto a los 100 cantos en la obra no son
casualidad, Dante agregó elementos cabalísticos en ella, y particularmente el Infierno, el
que como ya vimos, está dividido en 10 partes y se conoce como como los 9 círculos
infernales. La Selva Oscura por tanto, es la representación del infierno, un lugar alejado
de lo divino y lejos de Dios.

Dante en este viaje se encontrará con Publio Virgilio el gran poeta Romano, autor
de la Eneida, este gran poeta Romano, hará las veces de guía entre el Infierno y
Purgatorio al autor de la Divina Comedia. Virgilio, no solo representa la razón, además es
quien apoya a Dante en aquella oscuridad y soledad en la que se encuentra. Es
absolutamente discutible, considerar si fue o no justo que el gran poeta Virgilio no pudiera
ascender al cielo, esto por haber nacido antes de Cristo y considerársele pagano.
Pese a la época de la creación de la obra, Dante avanzó más allá de la idea
conceptual del fuego eterno y el Infierno que predominaba en la cultura de la época.
Dante, imaginó y creó parajes congelados con personas enterradas y condenadas en él,
así mismo, lo representó como un lugar desértico con sequía absoluta, desolación y
miedo. Será justamente acá, donde enfrentará el terror y sufrimiento, llegando a tener la
sensación de estar fuera del camino o perdido. No sabe a ciencia cierta, si encontrará la
salida del averno, será un temor constante en este viaje al inframundo y sólo después de
su encuentro con Virgilio, retornará su esperanza para seguir al camino correcto lejos del
mal.
La Divina Comedia, es sin duda una de las fuentes del género de terror,
traspasando las fronteras propias de la cosmovisión de su época. Hay un sinnúmero de
manifestaciones artísticas medievales de características terroríficas y religiosas, donde la
trama se desarrolla en un tono sombrío y siniestro. Será en este paraje de desolación
desértico, donde tendrá el encuentro con su salvador.
—Piedad de mí—le grité—quienquiera que seas, sombra u hombre verdadero. Respondióme: No
soy ya hombre, pero lo he sido; mis padres fueron lombardos y ambos tuvieron a Mantua por
patria. Nací «sub Julio,» aunque algo tarde, y vi a Roma bajo el mando 4 del buen Augusto en
tiempo de los dioses falsos y engañosos. Poeta fui, y canté a aquel justo hijo de Anquises, que
volvió de Troya después del incendio de la soberbia Ilión. Pero, ¿por qué te entregas de nuevo a tu
aflicción? ¿Por qué no asciendes al delicioso monte, que es causa y principio de todo goce? —¡Oh!

¿Eres tú aquel Virgilio, aquella fuente que derrama tan ancho raudal de elocuencia?—le respondí
ruboroso…

La situación de Dante al momento del encuentro con Virgilio, revela una
estrepitosa vulnerabilidad. Partirá enalteciendo la obra del poeta, quizás buscando
elementos humanos en su encuentro, y con mayor ímpetu que hacer referencia al trabajo
de Virgilio, pedirá auxilio, ya que, aquella fiera diabólica le persigue y acosa. Virgilio,
advertirá a Dante que lo deberá seguir si pretende salvar su vida, además, le indica que el
camino que seguirán no será mejor que lo que ya ha experimentado. De este modo,
ambos se adentrarán en un lugar eterno de perdición, de gritos, llantos y dolor,
escuchando a miles de condenados pedir a gritos la segunda muerte. Dante, se deja guiar
ante su desconocimiento y terror, propios de un hombre que reconoce el poder de lo
siniestro y de saberse inútil en su capacidad de comprensión de aquel lugar.

La obra, es en sí un misterio de carácter sobrenatural, que deja atrás lo
convencional y se atreve a contactar lo más profundo del horror humano. Aquel mundo
creado por Dante, moviliza las energías de las propias emociones personales, donde las
situaciones traumáticas o de dolor, se desarrollan frente a los protagonistas. La pregunta
es, que habría ocurrido si no hubiera venido Virgilio en su ayuda, sin duda, el protagonista
estaba cerca de una fractura emocional y psíquica.
Posterior a 1321, la obra fue revisada y analizada por diferentes autores, la
intención era descubrir los misterios del poema, esto le permitió la traducción a diferentes
idiomas, acrecentando su divulgación. De este modo, la Divina Comedia como una
importante fuente del género literario del terror y fantasía, se desarrolla en su propia
cosmovisión espacial, guiada si, por la filosofía y la ciencia de su época. Dante, además

tenía sólidos conocimientos de la cosmología aristotélica, la que se ve reflejada en la
obra, junto a la estética y arte gótico de la época.
Tal importancia tuvo la obra, que Lorenzo de Medici, un mecenas renacentista de
Florencia, encargo el Mapa del Infierno a Botticelli (1445 – 1510), este reconocido pintor
italiano, puso toda su energía y hasta la vida misma, en dicha creación “El Infierno”,
componiendo un mapa general con ilustraciones que quedaron inconclusas. De tal
importancia es este mapa del “Infierno de Botticelli”, que generó un nuevo paradigma,
todo centrado en el Infierno y aquellos círculos, por donde transita Virgilio y Dante, en
secuencias cronológicas que transcurren en el tiempo y el espacio. Sin duda, la obra de
Dante, ha causado interés en grandes pintores y autores, un ejemplo de esto es el artista
Miguel Ángel (1475 – 1564), quien dedicó una de sus pinturas a la representación del
Infierno de La Divina Comedia, la obra fue representada en la Ilustración y en el arte
romántico, siempre con aquella perspectiva siniestra. En el arte romántico y realista, el
pintor y poeta inglés William Blake (1757-1827) ilustró la obra de Dante, ahora en técnica
de grabado y acuarela. Pasarían largos años para que otro gran pintor, Salvador Dalí
(1904-1989), también se aventurara a ilustrar la Divina Comedia, en un estilo abstracto y
más bien atrevido. En definitiva, la obra de Dante ha causado aquel sentimiento de
profunda admiración al “Terror”, siendo una fuente de lo fantástico y sobrenatural.

En síntesis, la Divina Comedia del florentino Dante, es una obra dedicada al terror
y al aspecto más siniestro y fantástico. La fantasía que crea el autor, es posible de
existencia en una mente terrorífica, creativa y única, con la propia dicha o quizás
infortunio de ver lo que otros no logran ver.

El protagonista se sumerge en las redes de la maldad y la desolación, donde su
propia estabilidad mental está en riesgo inminente. Las fieras, el bosque, el desierto, el
peligro, arremeten contra toda valentía y esperanza humana. El protagonista se verá
abrumado por toda la agonía de aquellos que encuentra, será cruel su visión y será
testigo de aquellos tormentos. Lo siniestro, lo llevará a perder el control y la conexión con
su interior y su estabilidad, consumido por el miedo y el horror, incapaz de salvarse por sí
mismo, verá en Virgilio su salvación y apoyo. De la mano de este, avanzará por los
escenarios más crueles y miserables del ser humano, sin embargo, no estará solo y pese
a la dantesca visión podrá avanzar en compañía del gran poeta.
Algunos estiman que Dante, así como otros autores logró experimentar en carne
propia cada relato, donde él mismo es el protagonista. Las pesadillas en los grandes
escritores, siempre han sido fuente de creación, basta recordar al gran escritor
norteamericano Edgar Allan Poe, quien sufría constantes pesadillas que le atormentaban,
logrando plasmarlas en sus letras. Tal suerte siguió al escritor de Providence H.P.
Lovecraft, quien en su inconsciente atravesó los abismos y mundos macabros que hasta
hoy nos deleitan y aterran y por supuesto no podemos dejar de mencionar a la ya
reconocida escritora británica Mary Shelley, quien en su inconsciente, oscuridad y
pesadillas, logró dar a luz al monstruo más conocido de época moderna “Frankenstein”.
Sin duda, el florentino escribió su obra con la profunda convicción de injusticia y
dolor de aquel que es exiliado. Su relación con la iglesia no estaba en el mejor momento y
su condena se había extendido a su familia, a quienes los tuvo que alejar por temas
patrimoniales y políticos. El autor, logró plasmar la crueldad merecida para aquella
nobleza y eclesiásticos que jamás recibirían castigo, así como denominar inútiles a los
cobardes que permanecían en el infierno. En el Limbo o Primer Círculo, donde se
encuentra con su amigo Virgilio, no se trata de almas no virtuosas, sino, como ya se

explicó anteriormente, de aquellas que no conocieron a Cristo. En el segundo de los
círculos infernales se encuentra Francesca Rimini, una joven noble que fue acusada de
adulterio, de tal modo que, Dante tiene una comunicación donde deja fluir su compasión
por ella y por su amante Paolo, no se atisba juicio ni reproche en sus palabras, más bien
llega a las lágrimas por verlos en aquel lugar. No obstante y dado el contexto de época y
de machismo reinante, la condición de mujer casada conllevaba sometimiento patrimonial
y hasta físico al cónyuge, abuso y violencia que aún permanece en esta época, razón por
la que el florentino volvería a llorar. El tercer círculo de esta obra, solo lo mencionaré por
lo interesante de la descripción y sin avanzar en todos ellos, como un lugar pantanoso con
lluvia helada y más importante aún, donde se encuentra Can Cerbero. El autor sitúa al
mítico perro de tres cabezas y guardián del Hades, desde la mitología griega a su Infierno
eterno y universal de la Divina Comedia. Lo único que la aleja de ser llamada “Tragedia”,
es que tiene un final bueno para el autor, pero su avance por el inframundo será
brutalmente tenebroso y se topara con los límites de su sanidad mental.

Escritora; Andrea Ríos
@andrea_prosagotica

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