Los árboles hablan «Los bosques son mucho más de lo que vemos en la superficie».

Los árboles del bosque se comunican entre ellos, están conectados a una red interna, así lo comprobó la científica y ecóloga Suzanne Simard después de realizar una extensa investigación en los bosques templados de Canadá, que la llevó a plantear este descubrimiento extraordinario.

Los resultados de la investigación reflejan que los bosques son mucho más de lo que vemos en la superficie. Los árboles hablan entre sí, extendiendo su información entre especímenes cercanos y ejemplares que se encuentran a grandes distancias.

Se auxilian cuando alguno está en condiciones menos favorables y se advierten ante posibles peligros. Esta conexión se da a través de una red subterránea de micorrizas –hongos que se relacionan entre ellos y con las raíces de los árboles, por las que se transfieren recursos, como carbono, nitrógeno, agua y fósforo, pero también comparten información más compleja y establecen distintos tipos de relaciones, configurando un verdadero sistema. “Estas plantas están conectadas en el tiempo y en el espacio, y a través de las generaciones» Hay una inteligencia, una sabiduría, una protección que se trasmite de una generación a la otra. Forman una comunidad jerárquica en que los árboles juegan distintos roles dentro de esta red. Así, los más grandes y viejos llamados «árboles madre» son los que están más conectados con el resto y, cuando surgen los árboles más jóvenes (plántulas), les transfieren recursos vitales.

De hecho, en los experimentos –donde manipularon las redes de hongos– constataron que las plántulas germinaron cuatro veces más cuando se habían conectado con los árboles madre que cuando estaban aisladas. Es como Internet, la internet de las micorrizas». Simard remarca que estas redes de árboles, al contar con múltiples conexiones, son robustas y muy resilientes al daño. Pero advierte que, a la vez, pueden ser altamente vulnerables si se eliminan los árboles madre. «Si perdemos estos árboles más viejos –por una sequía, lo ataca un escarabajo o los cortamos para hacer casas–, toda la red puede colapsar, porque son los nodos centrales del sistema”.Sí cada uno de nosotros se transformara en un nodo y copiáramos del bosque su mecanismo de ayuda y protección con sus pares nuestra felicidad, nuestra seguridad, nuestro futuro podría estar garantizado.

Somos nosotros, los humanos, quienes debemos tomar conciencia y comenzar a entablar conversaciones con la naturaleza. Sólo así, aprendiendo de ella y entendiendo cuáles son sus ritmos y necesidades, lograremos estar más cerca de ella y por ende, de un futuro más sostenible.

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1 comentario

  1. Félix Hugo Noblecilla Purizaga dice:

    Buen artículo, hace poco hice una práctica de arboterapia en un bosque natural, elegimos uno de los más grandes y lo abrazamos, uno por uno pasamos por su enorme tronco, tomándolo con pasión y cariño, estableciéndose una especie de dialogo interno árbol-hombre, dando la sensación de que el árbol aparte de compartir su energía nos daba su sentimiento, era como abrazar a un viejo amigo al que no se ve desde hace mucho tiempo. Esto reforzó en todos nosotros el compromiso de defensa del bosque.
    Su artículo, aparte de reforzar el conocimiento de comunicación entre los árboles y la experiencia vivida a través del abrazo, me refuerza la idea de que además de la comunicación entre ellos, también se puede establecer una comunicación con nosotros los humanos. Felicitaciones y un saludo cordial desde Tumbes – Perú.

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